Ismael Sambra. Reporte NPL
La oportunidad llegó para los que nos escribieron o llamaron a la Fundación Cubano Canadiense y pidieron una manifestación de protesta contra el régimen de La Habana por el asesinato del preso político Orlando Zapata y la prisión de los disidentes cubanos. Esta muerte no ha sido en vano. Se ha creado conciencia en muchos y se ha removido el espíritu de lucha en otros. Los abusos de la tiranía de Cuba se conocen más después de su muerte. Guillermo Fariñas tomó la bandera y mantiene en jaque al régimen de la Habana con su nueva huelga de hambre que pide la liberación de los presos enfermos y sabemos que está decidido a morir si fuera necesario. Nosotros que protagonizamos algunas huelgas de hambre en la prisión sabemos que se llega a un punto en que uno prefiere morir antes que claudicar frente a las torturas, los abusos y las violaciones. Otros prisioneros se mantienen también en huelga de hambre y algunos prometen continuar la cadena. El mundo democrático ha reaccionado positivamente y pide la libertad inmediata de los más de 200 prisioneros políticos en Cuba. Un gran número de ellos declarados “Preso de Conciencia” por Amnistía Internacional, como fue el caso del ahora mártir Orlando Zapata, quien fue torturado reiteradamente hasta su muerte según manifiesta su madre, quien muestra en una foto la camiseta ensangrentada de su hijo.
¿Quién se atreve ahora a negar las evidencias del despotismo que se ejerce contra los cubanos? Sin embargo, siempre aparece algún desmadrado que lo intenta y para ello tiene que mentir y miente con desvergüenza. Nos sentíamos felices denunciando el crimen. Me sentí feliz gritando frases de condena a los Castro, frases de condena a los cómplices del tirano, y mis amigos también se sentían revitalizados. Los vi pronunciar discursos emotivos con lágrimas que arrancaron nuevas lágrimas de impotencia y rabia. Allí se nos sumaron representantes de la Asociación Coreana Canadiense, de la Asociación por la resistencia de Irán, amigos de Colombia, Argentina, México, Rumania y Canadá que también quieren ver a Cuba libre y democrática.
Después de esta concentración frente al Palacio de Gobierno de Queen`s Park, donde se leyó y se firmó una carta dirigida al Primer Ministro Stephen Harper para pedirle mano dura con los Castro, nos decidimos a marchar por las calles centrales del centro de la ciudad de Toronto, y en ese largo recorrido se sumaron otros que tomaron fotos y videos y recibían mensajes de los manifestantes. Nos turnábamos en el micrófono para no dejar de gritar nuestra condena, y apreciamos muchos gestos receptivos. Los carros sonaban sus cornetas en señal de apoyo. Después de tres horas de concentración y marcha nos sentíamos satisfecho, y alguien dijo que todo había sido un éxito y otros dijeron que teníamos que hacer esto más a menudo. Así, el día 14 de marzo del 2010 era ya una fecha memorable para nuestra causa. Los presos políticos, disidentes y opositores en Cuba saben que no están solos mientras existan hombres con dignidad dispuestos a expresar su indignación frente a los asesinos que le roban a los pueblos su libertad.
Ahora el gobierno canadiense y muchos en Canadá saben que existimos, saben que existe un grupo de cubanos y amigos de la causa por la libertad de Cuba que no nos importa que nos prohíban la entrada a Cuba para visitar a familiares y amigos, que no aceptamos ese chantaje del régimen de la Habana. Tienen ya que saberlo el tirano y los lacayos del tirano que somos realmente hombres y mujeres libres en Canadá.
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